
Ayer se confirmó que las 28.000 entradas para ver a Radiohead en la primera visita a Buenos Aires de su historia están agotadas.
Eso no llama tanto la atención. Si bien Radiohead no es una banda con la convocatoria que puede tener U2 o los Rolling Stones, Thom Yorke y sus cuatro amigos viven el pico de su carrera desde que comenzaron en el año 1986 con el nombre On a Friday.
Radiohead disfruta del incómodo hecho de que el mundo de la música rock -un género decididamente venido a menos- mire hacia ellos cada vez que editan o hacen algún tipo de declaración. Y el grupo, que bien sabe jugar el juego de las estrellas casi sin perfil mediático, al estilo de los integrantes de Pink Floyd, responden a cada movida generada en torno a sus trabajos con títulos que sacuden a productores, músicos imitadores y a la prensa en general. Ya sea a favor o en contra, Radiohead no le es intrascendente a ninguno.
Después de lanzar en 2007 su disco In rainbows, la banda que también integran Ed O`Brien, Philip Selway y los hermanos Colin y Jonny Greenwood (éste último también ganador del Oscar hace un año por la banda de sonido de Petróleo sangriento) se embarcó en un tour que ya lleva más de 100 fechas en todo el mundo y que tiene al nuevo disco como eje fundamental.
Eso no llama tanto la atención. Si bien Radiohead no es una banda con la convocatoria que puede tener U2 o los Rolling Stones, Thom Yorke y sus cuatro amigos viven el pico de su carrera desde que comenzaron en el año 1986 con el nombre On a Friday.
Radiohead disfruta del incómodo hecho de que el mundo de la música rock -un género decididamente venido a menos- mire hacia ellos cada vez que editan o hacen algún tipo de declaración. Y el grupo, que bien sabe jugar el juego de las estrellas casi sin perfil mediático, al estilo de los integrantes de Pink Floyd, responden a cada movida generada en torno a sus trabajos con títulos que sacuden a productores, músicos imitadores y a la prensa en general. Ya sea a favor o en contra, Radiohead no le es intrascendente a ninguno.
Después de lanzar en 2007 su disco In rainbows, la banda que también integran Ed O`Brien, Philip Selway y los hermanos Colin y Jonny Greenwood (éste último también ganador del Oscar hace un año por la banda de sonido de Petróleo sangriento) se embarcó en un tour que ya lleva más de 100 fechas en todo el mundo y que tiene al nuevo disco como eje fundamental.
Y es que en las listas de canciones por concierto es extraño encontrar que alguno de los diez temas de In rainbows quede afuera. Por lo demás, Radiohead utiliza muchas de las canciones de su anterior trabajo Hail to the thief (2003) y otras del disco Kid A (2000). Es ahí donde el grupo salta de la variante más guitarrera para volcarse al uso y abuso de samplers, órganos y emuladores de sonidos, todos ejecutados por Jonny Greenwood. Canciones como Idioteque o The National Anthem, dos de las composiciones más poderosas que el grupo se sacó a comienzos de la nueva década, son habituales.
Pero desde que el grupo pisó Latinoamérica, algunas variaciones en la selección de canciones permite pensar que entre las canciones que sonarán el próximo martes en el Club Ciudad de Buenos Aires se colarán algunas como No surprises o Paranoid android
Pero desde que el grupo pisó Latinoamérica, algunas variaciones en la selección de canciones permite pensar que entre las canciones que sonarán el próximo martes en el Club Ciudad de Buenos Aires se colarán algunas como No surprises o Paranoid android
Se trata de dos canciones del disco Ok computer (1997), señalado por muchos medios especializados como el Dark side of the moon de los años noventa, en alusión al clásico trabajo de Pink Floyd. Esas canciones, junto a Just, otra vieja canción que data del disco The bends, de 1995, sonaron en los tres conciertos que el grupo dio en el Foro Sol de México DF hace apenas nueve días para un total de 55 mil personas.
El escenario, que también juega con la identidad del grupo, sin identificar con claridad ni destacar a ninguno de los cinco músicos, dispone de varias barras de pantallas LED que proyectan luces y caen como lluvia sobre el escenario.
Radiohead tendrá un primer telonero extraño en La Portuaria, una banda que aquí es conocida por el viejo hit Selva y que poco tiene que ver con el estilo del grupo. Las cosas se normalizarán cuando suban al escenario los alemanes Kraftwerk, que vienen bajando por el continente junto al grupo.
El escenario, que también juega con la identidad del grupo, sin identificar con claridad ni destacar a ninguno de los cinco músicos, dispone de varias barras de pantallas LED que proyectan luces y caen como lluvia sobre el escenario.
Radiohead tendrá un primer telonero extraño en La Portuaria, una banda que aquí es conocida por el viejo hit Selva y que poco tiene que ver con el estilo del grupo. Las cosas se normalizarán cuando suban al escenario los alemanes Kraftwerk, que vienen bajando por el continente junto al grupo.
